Laescuela


Y ahora a esperar...

Kumasi


He venido a Kumasi sin objetivo alguno. Por lo general, se cree que tener un objetivo marcado es algo bueno: que la persona sabe lo que quiere y que lo persigue; por otra parte, sin embargo, tal situación le impone unas anteojeras, como la de los caballos: ve única y exclusivamente su objetivo y nada más. Y ocurre, por el contrario, que lo que está más allá, lo que se sale del límite impuesto en amplitud y profundidad puede resultar mucho más interesante e importante. A fin de cuentas, entrar en un mundo diferente significa penetrar en un misterio, y ese misterio puede guardar muchos laberintos y recovecos, ¡tantos enigmas e incógnitas!

Ébano, Ryszard Kapuscinski
Y es que el que no se consuela es porque no quiere. ¿Quién quiere trabajar en una galería de arte pudiendo adentrarse en el maravilloso mundo del servicio ténico de telefónica?