Última comilona-borrachera con mi madre. Me ha traído mascarillas y toallitas desinfectantes. Tiene miedo que me muera de la gripe porcina. La verdad es que ni me lo había planteado, será porque veo poco la tele o porque aspiro a una muerte más soficticada. Siempre he pensado que me moriré de sueño. Es lo que más me pega.

Michael se murió de eso. Algún gilipollas borracho de dinero y despreocupación pensó que por ser tan grande el sueño no podría con él. Maldito anormal. Hoy sería su cumpleaños y como las borracheras siempre me han puesto sentimental, dondequiera que estés, Michael, que tengas felices sueños.

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Si no fuera por los vinitos y las risas que nos pegamos mi amiguito y yo, esto hace tiempo que habría dejado de merecer la pena.

Pelona.


No me puedo creer que mi pelo haya sido motivo de comentario en una reunión de los jefazos. A partir de ahora con coleta y orquillas, como Betty la fea.

Mi compañera.



Estoy cansada de ella. Estoy cansada de escuchar su voz, su risa y la de su novio, de escuchar siempre las mismas preguntas y respuestas. De su olor, su perfume, su comida, su música, sus fotos y sus cosas. Tengo ganas de que se vaya y de que entre aire fresco en la habitación.

Southampton.


Hoy hemos vuelto y he podido bajarme para ir a ver a Giulia. Tiene muchos planes, está preparando una familia, con hijos y perro. Se ha mudado a la casa de Donald, donde yo vivía, y la ha transformado. Solecito, tiendas, fotos, pasta, café y de vuelta al barco. Definitivamente, es una ciudad mucho más bonita cuando no vives en ella. (Ya lo verás.)

Mi equipo.

M. es la jefa, tuvo una niña dos meses antes de embarcarse. Su marido trabaja en otro barco y la cría ahora vive con los abuelos que le mandan fotos para que vea cómo crece.

R. es indio, vegetariano por religión, no bebe ni fuma, se casó por un matrimonio concertado unos meses antes de embarcase con una chica a la que le llegaba el pelo por la cintura. Cuando se lo cortó, le dió un disgusto porque piensa que el pelo de las chicas es un regalo de dios. Es como Apu pero en vez de tener un badulaque tiene una videocámara.

C. lleva 5 años trabajando en barcos, dice que este será su último contrato. Está preparando una exposición en Manila con las fotografías que ha hecho a lo largo de estos años. Espera que así empiece su nueva carrera profesional. A veces pienso que es un pardillo y otras un visionario. Nunca he visto sus fotos. No se le conoce ningún amigo.

F. llegó con ganas de comerse el barco y el barco se lo comió a él.

J. es mi compañera de habitación, vino a probar, se enamoró y aquí se quedó.

H. es mi amiguito que cada dos semanas se le ocurre algo nuevo en lo que trabajar cuando acabe este contrato.

R. y A. acaban de llegar y poco sé de ellos. Pero están igual de solos que la mayoría de los de arriba. Démosles un tiempo.

Y yo, que ya me conoceis de sobra.