Fantasmas.

Eso es lo que los aniguos llamaban destino, y todos los héroes debían someterse a él. No hay elección. Pero Azul detesta reconocerlo. Lucha contra ello, lo rechaza, siente náuseas. Pero eso es sólo porque ya lo sabe, y luchar contra ello es haberlo aceptado ya. Desear decir no es ya haber dicho sí.

Fantasmas. Paul Auster.

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