Mykonos.

Que sí, que soy una pesada pero es que hoy hemos vuelto y mi amigo y yo hemos alquilado una motillo de esas de cuatro ruedas y nos hemos perdido por la isla. Nos hemos encontrado con casas hechas de encaje, pueblos desiertos, casas de palomas, playas paradisiacas, carreteras custodiadas por cruces de flores y un autobús fantasma que declaraba que éramos los reyes del paraíso.
(Hoy)
Apendicitis.

Se ha convertido en mi peor enemiga. Esta tarde atacó a mi amigo y ha tenido que irse. Ni adiós, ni nos vemos, ni cuidate, ni nada. “Henno acaba de desembarcar”. Se me ha caído el mundo encima. ¿Y ahora qué? Nos quedaban 3 cruceros, eso era nada. Acababamos el contrato el mismo día y teníamos planes para los puertos que vienen, para el último crucero, la última noche...
“No te preocupes, estarás bien”, la gente me habla como dándome el pésame y la verdad es lo único que quiero es llorar.
Me he vuelto a quedar sola.